Con la emisión de hoy, se ha terminado un programa de humor, “SÉ LO QUE HICISTEIS”, que seguramente permanecerá en la memoria de muchos como el programa iconoclasta y rompedor por antonomasia, que siendo capaz de ganar muchos premios, por su gran nivel imaginativo y profesional, no ha podido aguantar en pantalla, incapaz de competir en audiencia con esos otros programas berlusquianos, llamados “basura", que emiten otras cadenas en la misma franja horaria.
He de confesar que, desde el principio me atrapó este grupo de chavales, jóvenes todos y bellas a rabiar ellas (creo que lo puedo decir sin que se me acuse de machista, pues esas mismas presentadoras y especialmente la presentadora, Patricia Conde, en broma-verdad, a menudo hacían gala de lo buenas que están) con su frescura y porque se metían de manera irreverente con aquellos que, llamándose profesionales a sí mismos, no dejaban títere con cabeza, entre quienes seguramente no se merecían el trato vejatorio a que se les sometía, por el mero hecho de que esos “profesionales” tenían un micrófono y los otros, no. Y en ese aspecto se merece capítulo aparte el “enano”, Ángel Martín: un gigante por su excelente ingenio y agudeza, pero poca cosa como para meterse con gente cargada de dinero, hasta la impudicia.
A resultas de ese enfrentamiento con D. Dinero, las sanciones económicas sirvieron de censura y, poco a poco, el carácter del programa tuvo que ir cambiando, hasta tal punto que fue perdiendo en frescura y transformándose en algo distinto a lo que era en un principio y, por tanto, haciéndose más y más anodino, y, en consecuencia, menos y menos gracioso. Así que lo lógico es que desapareciese, como ha ocurrido.
Compañeros de “SÉ LO QUE HICISTEIS”, sé lo que no hicisteis, lo que vosotros no pudisteis hacer: no pudisteis con esos poderosos que son capaces de meter mierda –con perdón- en nuestros hogares, a raudales, por la misma ventana tonta que vosotros, en vuestra osadía, pretendisteis hacer lista. Eso se paga: hoy tenéis que cerrar vuestras puertas, pero espero y deseo, lo mismo que a esa otra iniciativa que coincide en el tiempo, el 15-M, que sigáis aunque tengáis que hacer un alto provisional, pues otra vez creo que es necesario el viejo lema de: “La imaginación al poder”. Unos y otros os merecéis que así sea.