Sin duda el título del programa que conduce Jordi González, “El Gran Debate”, hace más honor a la amplia franja horaria que ocupa, que a la grandeza cualitativa del mismo. Nada nuevo sobre la Tierra. Después de que tuvo que darle un giro drástico a su programa, “La Noria”, tras haber perdido la cuenta de sus principales anunciantes, ya que se le pasó la tuerca de su zafia populachería, ahora nos ataca con este nuevo, para el que no creo que esté a la altura de sus pretensiones.
Un aprueba de su falta de altura intelectual la hemos podido apreciar hoy, cuando al tratar el caso de la viejecita Cecilia de un pueblo aragonés, Borja, que, al pretender restaurar el “Ecce Homo” de su iglesia, seguramente con mejor buena voluntad que pericia, ha hecho un bodrio que ha dado la vuelta al mundo de la mano de los principales medios de comunicación. Y claro, en estas, tanto Jordi como sus colaboradores en ese momento (Antón Losada, Elisa Beni, Isabel Durán y Jaime González), a pesar de ser de tendencias ideológicas bastante poco afines, todos han coincidido en alabar la imprudencia de la anciana, porque claro, tú, les ha venido el buenismo ese de “mira tú, con la buena voluntad que lo ha hecho la ancianita y…”. Pues, hale, a animar a todo quisqe a que se ponga manos a la obra de la no restauración, y ya veremos qué dicen estos insensatos, cuando el viejecito/a de turno “apañe” un velázquez o un goya, pongamos por caso.
El caso es que se ha producido el milagro por el que ese ramillete de periodistas, por una vez y sin que sirva de precedente, han estado de acuerdo en esa soberana sandez… otra cosa ha sido cuando, a continuación, se han metido a debatir sobre los “asaltos” a supermercados. Entonces cada uno ha cogido el papel a que nos tienen acostumbrados; mostrándose cada cual de lo más sensato en la defensa de sus posiciones y “jefes” de siempre; cosa que, sorprendentemente, siempre hacen, independientemente de lo que se debata.
Y esos supuestamente deben de ser la flor y nata del periodismo nacional… aunque personalmente me han parecido unos insensatos y unos catetos intelectuales.